La idea de obtener óvulos y espermatozoides, que son
células altamente especializadas y complejas, a partir de una célula cualquiera
de un individuo adulto es, a la vez, atractiva e inquietante. Pacientes que no
pueden generar sus propios gametos, parejas del mismo sexo, individuos sin pareja o de cualquier edad podrían verse beneficiados del uso de
estas técnicas.
Las primeras publicaciones relacionadas con la generación
de gametos sintéticos en un laboratorio tienen más de 15 años y se basaban en
la generación de estos a partir de “células madres embrionarias”, que se
obtienen de embriones generados en el laboratorio con este fin. Estos estudios
describen la síntesis de óvulos y espermatozoides de ratón funcionales, que
fecundaron correctamente y dieron lugar a descendencia sana.
A pesar de estos éxitos, la creación y destrucción de embriones humanos en el
laboratorio para conseguir células madre está prohibido, por lo que la
investigación avanzó en otras direcciones, y actualmente, se centra en la
obtención de gametos a partir de “células madre inducidas”, es decir células somáticas, por ejemplo, células de la piel, que son
reprogramadas genéticamente para dar lugar a células madre.
La investigación con este tipo de células madre para
estudiar enfermedades, crear medicamentos o su aplicación en medicina
regenerativa está muy extendida, pero la generación de gametos artificiales,
que darían lugar a nuevas vidas, es más complicada.
A día de hoy, en humanos, no se ha logrado la
diferenciación de este tipo de células madre inducidas en gametos idénticos a
los generados in vivo, sino solo similares. Además, su funcionalidad no
puede ser demostrada, ya que la ley tampoco permite demostrar que las
transferencias de esos embriones darían lugar a embarazos viables y niños sanos.
Incluso, hay gente que especula con la posibilidad de
modificar genéticamente esos óvulos generados artificialmente para prevenir o eliminar enfermedades en la descendencia, mediante
el uso de técnicas de edición génica de células vivas, como CRISPR.
Esto sería un paso más a tener en cuenta, que como el anterior, está más cerca
de ser realizable que de ser aplicable clínicamente.
Por este motivo, aunque la investigación sigue avanzando,
por ahora no vemos cerca el momento de la aplicación clínica de estas técnicas
en el día a día de los laboratorios de reproducción asistida. Para ello serían
necesarios grandes avances en el desarrollo de las técnicas, que probaran su
eficacia, seguridad y reproducibilidad. Y, por otro lado, un cambio en la
política relacionada con la investigación.
Células Troncales
(Madre) para crear embriones
Para ser capaces de obtener estas células hay
distintos métodos dependiendo del tipo de células troncales, siendo más
problemático en el caso de las células troncales embrionarias por cuestiones
éticas. Además, no hay alguna aplicación clínica para ellas, al ser
trasplantadas a animales no han logrado crear en la mayoría de los casos
células funcionales e incluso han dado origen a tumores malignos (Jaime et al.,
2007). Es notorio que a pesar de estos inconvenientes no se ha detenido la
investigación en células troncales embrionarias aunque las células iPSC han
demostrado ser una mejor opción que estas.
Otro método para obtener células troncales
(madre) es por medio de la sangre del cordón umbilical siendo más fácil y
segura de obtener. Esta es una opción más viable debido a que no es tan crítica
la compatibilidad como sucede con los trasplantes de médula ósea, por lo que la
sangre del cordón umbilical se convierte en una alternativa al trasplante de
médula ósea siendo el único inconveniente la cantidad de sangre por cordón
umbilical.
Obstáculos del Uso de
las Células Troncales
A pesar de
su enorme potencial en la terapia celular el uso de células troncales aún
presenta obstáculos. “La investigación con células madre plantea dos grandes
campos de problemas ético-jurídicos: los derivados de su obtención y los
inherentes a su utilización” (Casado, 2010, p.17). Principalmente en la
obtención de las células madre embrionarias (fetales), ya que para obtenerlas
es necesario matar al embrión, pero este problema se ha reducido debido a la
investigación de las células madre adultas; se ha demostrado la capacidad de
originar diversos tipos celulares por parte de las células madre adultas
(Millás, 2010).
Los
problemas en el control de la diferenciación de las células madre embrionarias
ha provocado que al trasplantarlas in vivo en animales originen teratomas o
teratocarcinomas. Sin embargo, “cada día nuevos artículos científicos nos
aproximan a subpoblaciones celulares de organismos adultos que identifican
poblaciones capaces de generar modelos in vitro de diferenciación celular”
(Silva, 2009, p. 175). Otro de los inconvenientes del uso de las células
troncales es el rechazo inmunológico, pero se ha logrado resolver este problema
al utilizar células troncales que provienen del mismo paciente (trasplante
autólogo).
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